Empezaremos por la masa que es lo que más tiempo lleva. Para ello en un bol mezcla la harina tamizada y la mantequilla en trozos hasta formar usa especie de masa.

A continuación, añade el huevo y la sal y sigue amasando hasta formar una bola. Esta masa la introduciremos en la nevera durante unos 30 min para que repose.

Mientras vamos preparando el relleno. Cogemos el calabacín y la cebolla y lo picamos en trozos muy pequeños.

En una sartén con un poco de aceite de oliva pochamos el calabacín y la cebolla que hemos picado previamente. Aproximadamente tardaremos unos 12-15 minutos a fuego medio.

Mientras parte de nuestro relleno está en la sartén vamos preparando el resto. En un bol batimos los tres huevos y luego le añadimos la leche sin dejar de remover. 

En este momento la cebolla y el calabacín ya estarán pochados. Después de escurrirles el aceite sobrante los incorporamos a la mezcla de huevos y leche, a la que también le añadimos el queso parmesano rallado. (Importante: conservar un poquito de queso para espolvorear al final).

Ponemos el horno a precalentar a 200º. Nuestra masa ya habrá reposado y será el momento de estirarla sobre una superficie enharinada para que no se pegue. 

Con la ayuda de un rodillo o una botella de vidrio vacía vamos dándole forma hasta conseguir el tamaño circular deseado.

Una vez conseguido lo colocamos encima de nuestro molde y lo pinchamos para que no se hinche. (Dato: como nuestro molde es de silicona no necesitaremos mantequilla para que no se pegue)

Lo llevamos al horno bajando la temperatura a 180ª y dejamos cocinar unos 10 minutos. Debemos conseguir que se dore un poquito y quede crujiente.

Cuando esté listo añadimos el relleno que teníamos reservado, espolvoreamos un poco de queso rallado y volvemos a meter en el horno unos 15-20 minutos hasta que veamos que esté cuajado y gratinado.

… ¡Voilà! He aquí el pintón de nuestra quiche saludable.